He aquí una de mis historias más antiguas y simbólicas u,u en ella encierro todo tipo des demonios y criaturas mitológicas. Saboread bien los primeros capítulos pues, el estilo de narración rápida de estos cambia bastante más adelante (Es lo que tiene hacer una historia por etapas) Espero disfruteis descubriendolas a cada uno de los símbolos que aquí seguardan.
Capítulo 1
- Arf…arf…
El aliento caliente y la falta de respiración fruto de un gran agotamiento resonaban en la noche, en medio del bosque nevado. La luna llena brillaba entre las traslúcidas nubes que se salpicaban por el cielo extremadamente estrellado. El bosque era cerrado y abrupto aunque todos los árboles estaban casi secos y sin apenas hojas. La maleza del suelo se había cubierto por la nieve pero, en los altos de los lados del estrecho camino se veía maleza y oscuridad perpetua. De vez en cuando se escuchaba el aullido de los lobos, el ulular de los búhos o el viento meciendo las ramas muertas de los árboles.
-Arf…Arf…Ñnn…¡aaaah!..nn…Arf…
Le costaba caminar, la capa de nieve le hacía hundir sus pies hasta algo más arriba del tobillo y las múltiples heridas sangrantes de su cuerpo teñían la impoluta y blanca nieve de un carmesí radiante.
Varón de pelo corto y castaño que cubría su nuca y tapaba su frente, pegádosele a esta por la sangre, la humedad y el sudor. De complexión y estatura media, edad 15 años, un duro pasado a su espalda. Sus ojos eran de un granate siniestro y un extraño brillo que pedía a gritos sobrevivir. Corría como podía sujetando su hombro derecho en el que tenía una profunda herida que llegaba hasta su hueso al tiempo que cubría los tajazos de su vientre y pecho con desapaño. Su camisa blanca estaba hecha jirones y ensangrentada además de contar con manchas de tierra y zonas mojadas por la humedad de la nieve. Su negro pantalón no estaba en mejores condiciones, la parte inferior de estos se encontraba empapada por hundirse en la nieve al igual que sus zapatos.
-nngg…¡¡AAAAAAAAAAH!!
Un último grito de desesperación antes de caer desfallecido al suelo. Estaba totalmente exhausto pero, aun así, luchaba por seguir arrastrándose como podía. Estaba extremadamente intranquilo, como si algo lo siguiese. De pronto llegó a la carrera de entre los árboles una chiquilla de no más de 13 años con una caperuza marrón tierra que cubría su cuerpo; en su cabellera castaña se encontraban dos trenzas apoyadas en sus hombros que se zarandeaban al correr. Al llegar junto al muchacho derrapó en la nieve quedando de rodillas a su vera.
-¡Oye! ¿Puedes oírme? ¿Te encuentras bien?
-Lar…lárgate de aquí..ññnn…
-¿¡Pero qué dices!? ¿tú te has visto bien? No pienso dejarte así.
-¡Fuera! He dicho…arf..arf..he dicho que te vayas..no ne-ññmm..no necesito tu ayuda…
-Ya seguro, casi no puedes moverte, venga te llevaré hasta mi cabaña…
-¡NO! ¿Es que no me escuchas? Lárgate de aquí o morirás, yo no puedo estar cerca de nadie,
sino también irán por ellos…
-mmm…¿Quién es tu captor?
-Un demonio atroz…
-Muy típico…
El chico quedó patidifuso y miró a la chica con sus ojos bien abiertos de asombro.
-¿Cómo?
-Sí, ya sabes, estas tierras no tienen pinta de santas precisamente jeje – La chica pareció divertida. Él descansó tranquilo entendiendo el chiste, al fin y al cabo ella no sabía nada.
-Bueno, da igual, vete de aquí, no deben importarte los problemas de los…¡AAAAH! ¿¡Pero qué estas haciendo!?
El chico giró rápidamente la cabeza hacia su hombro derecho y vio como la joven abría un poco su profunda herida.
-Veeenga venga, que solo echaba un vistazo, parece importante…
-Lo es, ahora vete…
-Me llamo Zaphirah
-Aurora, ¿eh? ¿así que eres la señal de mi fin?
-Puedes tomar el significado de mi nombre como quieras pero he venido al oírte agonizar y pienso llevarte a un lugar seguro.
-Eres testaruda…
-¿Y tú como te llamas?
-Soy Alexis
-“Protector amante de lo desconocido” mmm…ahora me explico tu situación jaja…
-Que gracia me hace…
De pronto un gran estruendo se escuchó en todo el bosque y hasta los grillos callaron.
-Alexis…ven con tu familia…Alexis ven… (8 )
Una hermosa melodía cantada por una grave y aterciopelada voz de varón sonó de forma envolvente en el bosque, como si se encontrase a pocos centímetros de los chiquillos. El gesto de Alexis se volvió rígido y pálido con sus grandes ojos bien abiertos.
-Ahora…sí que debes irte…
-Que hermosa voz…parece de un hombre tan hermoso…un ángel…
-Un gran ángel oscuro…
La joven, como hipnotizada, se dirigía en sentido contrario de donde venía el chiquillo. él la agarró por su caperuza y la hizo despertar.
-¡Corre!
-¡No dejándote aquí tirado!
-Si pude huir una vez, podré salvarme esta…- Alexis dijo esto poniéndose a cuatro patas sobre la nieve para intentar levantarse.- No sabes de donde vengo…ni quien soy yo…
-Alexis…y, ¿quién es tu amiga?…(8 ) – Esta ez fue una dulce voz femenina la que cantó.
-Ññnn..Ahora te ha descubierto…¡aaah!
-Pero..¿como…?
-Son demonios, ya te lo dije
Zaphirah tornó su agradable gesto en un rostro de pánico y cogió el brazo izquierdo de Alexis para ponerlo sobre sus hombros.
-¿Pero qué haces? ¡Lárgate y olvídate de mí!
-¡NO!
-Nostras malae animae in nostro corpus sunt…(8 )*
Al oír estas palabras Alexis levantó bruscamente la cabeza y sus pupilas se volvieron líneas verticales resaltadas por un maligno brillo de su iris.
-¿Qué…te ocurre?
-Nn..No es nada- Sacudió la cabeza cerrando fuertemente los ojos y volvio a su estado normal. – Ahora suéltame.
El muchacho se puso en pie y se fue en dirección contraria.
-Oye pero si acabas de venir por…
-Debo regresar… - Dijo esto con un tono oscuro y mirando de nuevo con esas pupilas por
encima de su hombro derecho.
-De eso nada…
Zaphirah corrió hacia él y le asestó un golpe en la nuca, dejándolo inconsciente.
-Tú te vienes conmigo…
-Debe volver…Tiene que volver…Él no pertenece a este mundo…Ven…tráele…ven…Zaphirah…
Susurros estrafalarios a dúo se escuchaban de nuevo como niebla entre los árboles y Zaphirah quedó un poco aturdida y muy asustada, pero por algo se había criado en esas tierras así que, agitó la cabeza un poco y, colocando de nuevo el brazo izquierdo de Alexis sobre sus hombros, lo arrastró hasta su casa. En un primer momento, cuando daban media vuelta, algo pareció tirar de ellos hacia atrás, pero con poca fuerza como si la distancia superase su largo, unos pasos después ya nada les impidió llegar a la cabaña.
*Latín: Nuestros malos espíritus estan en nuestro cuerpo.
Capítulo 1
- Arf…arf…
El aliento caliente y la falta de respiración fruto de un gran agotamiento resonaban en la noche, en medio del bosque nevado. La luna llena brillaba entre las traslúcidas nubes que se salpicaban por el cielo extremadamente estrellado. El bosque era cerrado y abrupto aunque todos los árboles estaban casi secos y sin apenas hojas. La maleza del suelo se había cubierto por la nieve pero, en los altos de los lados del estrecho camino se veía maleza y oscuridad perpetua. De vez en cuando se escuchaba el aullido de los lobos, el ulular de los búhos o el viento meciendo las ramas muertas de los árboles.
-Arf…Arf…Ñnn…¡aaaah!..nn…Arf…
Le costaba caminar, la capa de nieve le hacía hundir sus pies hasta algo más arriba del tobillo y las múltiples heridas sangrantes de su cuerpo teñían la impoluta y blanca nieve de un carmesí radiante.
Varón de pelo corto y castaño que cubría su nuca y tapaba su frente, pegádosele a esta por la sangre, la humedad y el sudor. De complexión y estatura media, edad 15 años, un duro pasado a su espalda. Sus ojos eran de un granate siniestro y un extraño brillo que pedía a gritos sobrevivir. Corría como podía sujetando su hombro derecho en el que tenía una profunda herida que llegaba hasta su hueso al tiempo que cubría los tajazos de su vientre y pecho con desapaño. Su camisa blanca estaba hecha jirones y ensangrentada además de contar con manchas de tierra y zonas mojadas por la humedad de la nieve. Su negro pantalón no estaba en mejores condiciones, la parte inferior de estos se encontraba empapada por hundirse en la nieve al igual que sus zapatos.
-nngg…¡¡AAAAAAAAAAH!!
Un último grito de desesperación antes de caer desfallecido al suelo. Estaba totalmente exhausto pero, aun así, luchaba por seguir arrastrándose como podía. Estaba extremadamente intranquilo, como si algo lo siguiese. De pronto llegó a la carrera de entre los árboles una chiquilla de no más de 13 años con una caperuza marrón tierra que cubría su cuerpo; en su cabellera castaña se encontraban dos trenzas apoyadas en sus hombros que se zarandeaban al correr. Al llegar junto al muchacho derrapó en la nieve quedando de rodillas a su vera.
-¡Oye! ¿Puedes oírme? ¿Te encuentras bien?
-Lar…lárgate de aquí..ññnn…
-¿¡Pero qué dices!? ¿tú te has visto bien? No pienso dejarte así.
-¡Fuera! He dicho…arf..arf..he dicho que te vayas..no ne-ññmm..no necesito tu ayuda…
-Ya seguro, casi no puedes moverte, venga te llevaré hasta mi cabaña…
-¡NO! ¿Es que no me escuchas? Lárgate de aquí o morirás, yo no puedo estar cerca de nadie,
sino también irán por ellos…
-mmm…¿Quién es tu captor?
-Un demonio atroz…
-Muy típico…
El chico quedó patidifuso y miró a la chica con sus ojos bien abiertos de asombro.
-¿Cómo?
-Sí, ya sabes, estas tierras no tienen pinta de santas precisamente jeje – La chica pareció divertida. Él descansó tranquilo entendiendo el chiste, al fin y al cabo ella no sabía nada.
-Bueno, da igual, vete de aquí, no deben importarte los problemas de los…¡AAAAH! ¿¡Pero qué estas haciendo!?
El chico giró rápidamente la cabeza hacia su hombro derecho y vio como la joven abría un poco su profunda herida.
-Veeenga venga, que solo echaba un vistazo, parece importante…
-Lo es, ahora vete…
-Me llamo Zaphirah
-Aurora, ¿eh? ¿así que eres la señal de mi fin?
-Puedes tomar el significado de mi nombre como quieras pero he venido al oírte agonizar y pienso llevarte a un lugar seguro.
-Eres testaruda…
-¿Y tú como te llamas?
-Soy Alexis
-“Protector amante de lo desconocido” mmm…ahora me explico tu situación jaja…
-Que gracia me hace…
De pronto un gran estruendo se escuchó en todo el bosque y hasta los grillos callaron.
-Alexis…ven con tu familia…Alexis ven… (8 )
Una hermosa melodía cantada por una grave y aterciopelada voz de varón sonó de forma envolvente en el bosque, como si se encontrase a pocos centímetros de los chiquillos. El gesto de Alexis se volvió rígido y pálido con sus grandes ojos bien abiertos.
-Ahora…sí que debes irte…
-Que hermosa voz…parece de un hombre tan hermoso…un ángel…
-Un gran ángel oscuro…
La joven, como hipnotizada, se dirigía en sentido contrario de donde venía el chiquillo. él la agarró por su caperuza y la hizo despertar.
-¡Corre!
-¡No dejándote aquí tirado!
-Si pude huir una vez, podré salvarme esta…- Alexis dijo esto poniéndose a cuatro patas sobre la nieve para intentar levantarse.- No sabes de donde vengo…ni quien soy yo…
-Alexis…y, ¿quién es tu amiga?…(8 ) – Esta ez fue una dulce voz femenina la que cantó.
-Ññnn..Ahora te ha descubierto…¡aaah!
-Pero..¿como…?
-Son demonios, ya te lo dije
Zaphirah tornó su agradable gesto en un rostro de pánico y cogió el brazo izquierdo de Alexis para ponerlo sobre sus hombros.
-¿Pero qué haces? ¡Lárgate y olvídate de mí!
-¡NO!
-Nostras malae animae in nostro corpus sunt…(8 )*
Al oír estas palabras Alexis levantó bruscamente la cabeza y sus pupilas se volvieron líneas verticales resaltadas por un maligno brillo de su iris.
-¿Qué…te ocurre?
-Nn..No es nada- Sacudió la cabeza cerrando fuertemente los ojos y volvio a su estado normal. – Ahora suéltame.
El muchacho se puso en pie y se fue en dirección contraria.
-Oye pero si acabas de venir por…
-Debo regresar… - Dijo esto con un tono oscuro y mirando de nuevo con esas pupilas por
encima de su hombro derecho.
-De eso nada…
Zaphirah corrió hacia él y le asestó un golpe en la nuca, dejándolo inconsciente.
-Tú te vienes conmigo…
-Debe volver…Tiene que volver…Él no pertenece a este mundo…Ven…tráele…ven…Zaphirah…
Susurros estrafalarios a dúo se escuchaban de nuevo como niebla entre los árboles y Zaphirah quedó un poco aturdida y muy asustada, pero por algo se había criado en esas tierras así que, agitó la cabeza un poco y, colocando de nuevo el brazo izquierdo de Alexis sobre sus hombros, lo arrastró hasta su casa. En un primer momento, cuando daban media vuelta, algo pareció tirar de ellos hacia atrás, pero con poca fuerza como si la distancia superase su largo, unos pasos después ya nada les impidió llegar a la cabaña.
*Latín: Nuestros malos espíritus estan en nuestro cuerpo.