Gothic Spirit [31/--] Tercera Temporada - La Batalla de las Marionetas

Jejeje tranquila chiu, no hay problema en cuanto te tardes, como siempre digo, igual los capitulos permanecerán aqui ^^^
Te diré que estas muy cerca del capitulo que estoy escribiendo, asi que ya sabrás por que me tardaria siglos en ponerte el siguiente.

He escuchado la cancion, OMg! quien haya hecho semejante fandub lo felicito, le quedó tan parecido y tan único al mismo tiempo. Me gustó bastante, si de por si ya me gustaba la cancion ^^

Como siempre digo, te dejo la conti, este es un capitulo mas intenso, asi que disfrutalo!


Bajo el sudor de la capa y el miedo que su cuerpo recorría, Akira se encontraba tan inmóvil como frío, lo que menos esperaba es que el asesino de ojos dorados se encontrase en el mismo lugar que él, evitaría ese encuentro a toda costa, sin duda alguna.

Sin embargo, no era su voluntad lo que faltaba, con toda la fuerza que pudo, trataba de impulsarse hacia adelante, pero seguía deteniéndolo algo: la mano de Daichi, quien sujetaba la cadena de su cuello con tal energía.

- ¡Por favor, suéltame!, no quiero encontrarme con ese asesino, ¡por favor! te lo suplico, necesito estar vivo, ¡ayúdame, ayúdame...!

Pero no había respuesta alguna, Daichi permanecía en silencio sujetando todavía la cadena.

- ¡Déjame!, te ruego que me sueltes por favor - sus ojos comenzaron a brotar lagrimas de agonía - tengo una misión importante que hacer, por favor.

Desesperado de no encontrar respuesta, se dio la vuelta para sujetar también su cadena y desprender de la mano de ese humano que resguardaba silencio todavía.

- Seiken-sama me ha liberado para salvar a Haru y a mi, se lo he prometido, cuando me encuentre con él podremos descansar de toda esta batalla sin sentido - sus palabras fueron incrementando la desesperación con el tono - ¡necesito que me sueltes te lo suplico!

Pero sus intentos seguían fallidos, Ayano, quien se encontraba aun inmóvil luego de escuchar tal nombre tan extraño "asesino de ojos dorados" permanecía tan confundida como Akira.

- Daichi, por favor, no cometas ninguna estupidez - murmuró al tratar de entender qué podía hacer para detenerlos.

- ¡Suéltame! - insistía el pequeño que con su débil fuerza agitaba ruidosamente sus cadenas - Te lo pido... - se llevó sus manos en la cara y comenzó a temblar mas que nunca - por favor, ¿acaso no me escuchas?

- Tú... - finalmente pronunció Daichi.

A continuación, Daichi con todo lo que pudo halo inesperadamente a la pequeña alma en su misma dirección, lo traía hacia si mismo, en aquel instante, que pareció infinito, Ayano corre con todo lo que pudo.

- ¡Daichi no! - gritó desde atrás - ¡no lo hagas!

En ese instante Akira se hallaba confundido, se dejó llevar por aquella fuerza y su débil cuerpo se encontraba cerca al de Daichi.

¿Moriré? pensó con lagrimas bajo sus grandes y claros ojos.

- No por favor - dijo al caer junto a Daichi y cerrar sus ojos esperando su fin, pero no sintió dolor alguno, solo aquel extraño sentimiento que experimentaba cuando aun era humano. Akira abre sus ojos poco a poco y...

Daichi lo estaba abrazando.

- ¿Qué...? - preguntaba confundido, y al mismo tiempo, aliviado. El corazón que yacía sin vida pareció volver a latir. Aquel recuerdo de ser humano le vino a la cabeza y entonces respiró hondo, la adrenalina estaba en todo su cuerpo, aún con no resultar herido sentía que sus piernas continuaban luchando para equilibrarse.

- Gracias - decía apenado - me has recordado lo que era...
- No te preocupes - interrumpió Daichi - hermano.

Akira estaba extrañado, ¿lo habrá confundido con su hermano? Él miró una vez mas aquellos ojos de Daichi y entonces recordó a Yoshiki. Sin embargo pudo notar que esos ojos parecían achicarse, estaban mirándolo fijamente, lo sentía una vez mas, la furia de sus ojos rojos estaban desesperados por venganza, odio, ira. ¿Qué estaba pasando?, ¿qué significó aquel instante que pareció eterno?

La respuesta estaba clara.

Akira una vez más experimentaba el miedo recorrer con tal frío cada zona de su cuerpo.

- No, no, no por favor.
- Tu vida valía más que el de esta pobre alma.

Ahora Akira estaba atrapado en los brazos de Daichi, se esforzaba por salir, pero eran mas intentos fallidos. Una de las manos de Daichi se extendió para quitarle aquella capa que llevaba encima de su cabeza - ¡No!

De pronto el dolor se vino en su rostro, estaba expuesto totalmente a la luz del sol y peor aun, no había manera de girar su cabeza, Daichi lo tenia atado. Sus ojos vieron una vez mas aquella luz solar que lo hizo temblar, y temblar, y temblar.

- ¡Ahh! - no lo soportaba, ese dolor en sus ojos era intolerante. Su grito aterraba los huesos de Ayano, una lamentable situación.

- Daichi - gritó ella para detenerlo una vez mas, corría hacia él que se encontraba despalda - ¡¿Por qué?, no puede ser!

Pero fue demasiado tarde, ahora el pequeño Akira sintió algo incluso peor, como si una espada atravesara su pecho poco a poco, lo poco que le quedaba de vida estaba desapareciendo, vivía por tercera vez una muerte macabra.

- ¿Qué...? - dijo al tiempo que cerraba sus ojos y caía - ¿me has hecho?

Y se escuchó el duro golpe de Akira caer.

La mano desocupada de Daichi mantenía una parte de la cadena de aquella alma, la había roto, lo que lo ataba en ese mundo, lo que soportaba la carga de sus penas, ahora se había separado por completo de su cuerpo.

Lo siento Seiken-sama - pensaba Akira en la angustia de morir - te he fallado otra vez, pero ahora... ¿me dejarás descansar eternamente en paz?, ¿debo continuar vagando entre las tenebrosas tinieblas?, ¿a dónde iré?, ¿dónde me llevarán?, acaso... ¿pudiera volver a ver aquel campo verde junto a ella? Hina... lo siento.

Y la esencia de Akira desapareció para siempre.

Daichi permanecía inmovil con la mano suspendida en el aire. Pero de pronto sintió como algo tan fuerte pudo atravesar su cuerpo, ahora Ayano lo abrazaba.

- ¡Daichi!, ¿cómo pudiste hacer algo así?, tus manos... - él escuchaba como rompió a llorar.

- No lo entenderías Ayano, incluso... - se habia desprendido de ella para darse la vuelta y verla a la cara, pero la cabeza de Ayano estaba hacia abajo - incluso yo no lo entiendo - prosiguió.

- ¿De qué hablas?, claro que lo entiendo, pero no era la mejor manera de...

- Lo vi Ayano, en sus ojos, justo cuando me estaba suplicando vi a mi hermano - suavemente toca su cabeza - y entonces algo oscuro se apoderó de mi - Ayano levanta su mirada solloza y preocupadamente.

- Rencor, ira, venganza, lo odio Ayano, él acabó con mi hermano y eso me cegó - las manos de Ayano se levantaron y tocaron delicadamente las de Daichi, ella temblaba y aquellos ojos de dolor mataban a Daichi por dentro.

- Ayano, si quieres correr, inténtalo, si me odias, lo entenderé, si no quieres volver conmigo... - respiró hondo - incluso eso, lo toleraré.

- ¡Te equivocas! - intervino - ¡No podría vivir sin ti!, aun cuando hagas cosas como estas, no podría soportar cada segundo sin estar a tu lado. Lo siento Daichi, no fui lo suficientemente fuerte para detenerte.

Sus manos se unieron mas fuerte que nunca.

- No fue tu culpa, discúlpame a mi, por permitir que vieras algo como esto.

Y ella negó con su cabeza. Ambas frentes se juntaron una con la otra, Ayano continuaba llorando y Daichi soportando el dolor de su pecado. Por un instante desearon que el tiempo se detuviese, pero no había marcha atrás, era la realidad, nada mas.

- ¿Ayano...? - interrumpió Daichi aquel momento.
- ¿Qué sucede Daichi?
- ¿Qué sucedió con aquel sujeto?
- ¿Eh...?
- El de la voz.
- ¡Oh si!

Ambos se separaron y en seguida voltearon mirando a cualquier sitio.

- ¡ Allí! - dijo ella acercándose a la silueta, Daichi le seguía.
- Emm - la pareja se detuvo frente al joven - ¿y qué le ha pasado? - dijo Daichi extrañado.

Bajos sus pies yacía un joven de cabello lacio y completamente blanco. Llevaba un ropaje oscuro y de encajes azulados. Se hallaba con los ojos cerrados y tan dormido que parecía un bebé recién nacido.

- Mira esto - Ayano había recogido un arma que se encontraba justo al lado de su mano - es extraña, nunca vi una así.
- Parece antigua - sugirió Daichi.
- ¿Y qué es esto?

El arma era plateada y oscura. Llevaba plasmado un dibujo en uno de sus laterales, en el derecho exactamente . Era el de una cruz blanca y justo debajo tenía escritos.

- ¿RSK?, ¿qué puede significar eso?
- No lo sé pero... - Daichi intentaba levantar al joven - nadie puede verlo aquí en el suelo, pensaran otra cosa y además...
- Lo sé - intervino Ayano - parece que sabe cosas interesantes.
- ¿Lo interrogamos?
- Por supuesto.

Y el cuerpo dormido de aquel joven es llevado a algún sitio, donde nadie los observaba.

hello Chiu!! vengo actualizar un poco esto xD
pregunta: que es moi meme moitie?? XDD
Muchas gracias por leerlo, me alegra que te gustara, en mi opinion, uno de mis capitulos favoritos.

Este episodio baja un poco de nivel, pero igual veremos accion xDD bueno, en realidad no xDD bueno, lo dejo a tu veredicto xD

Disculpa la tardanza por cierto.


El descanso cada vez estaba mucho más lejos, Ayano y Daichi tenían trabajo que hacer y poco tiempo, ella deseaba volver en cuanto pudiese a su hogar y ver como se encontraba Haru tras la muerte de su alma conectada: Akira, pero no podía.

El joven de blanco finalmente logra levantarse, sus ojos se abrieron poco a poco y observó cada rincón que lo rodeaba.

- ¿En dónde he parado? - murmuraba sujetándose la cabeza con la mano izquierda.

Se hallaba en otra parte del parque, donde ya la gente ni pasaba. Frente a él estaban Ayano y Daichi, tomados de la mano y mirándolo atentamente.

- ¡Ustedes! - dijo en voz alta, ellos inmediatamente le sujetaron los brazos.
- No saldrás de aqui hasta aclararnos muchas cosas.
- ¿Eh? - los ojos de aquel joven eran tan impresionantes como su cabello, eran del color blanco como la nieve, incluso Ayano no pudo evitar sonrojarse al estar tan cerca de algo tan puro. (OFF: Asi era el joven Click Aqui para verlo).

- Comienza por decirnos quién eres. - intervino Daichi.
- ¿Yo?
- Por supuesto, ¿no?
- ¿Y ustedes, quienes son?
- ¿Nos estas tomando el pelo?
- Por supuesto que no - respondió tranquilamente.

Daichi tomó un largo respiro y se echó para atrás demostrando impaciencia.

- Soy Shiro - dijo finalmente.
- ¿Shiro?, entonces podrías decirnos qué eres exactamente - intervino esta vez, Ayano.
- ¿Humano quizá? -Ayano permaneció confundida - eso somos todos, ¿no? - decía mientras se arreglaba el ropaje.
- Eres extraño entonces. ¿Cómo puedes ser humano y tener tales ojos?

Hubo un silencio.

- ¿Te gustan?

Daichi inmediatamente se levantó exponiendo cualquier tipo de celos.

- ¿Eh?, yo... eh... no quise decir eso... - ella permanecía sonrojada, no podía negar que le gustaban tanto, pero no era un momento oportuno.

- ¿Cómo pudieron ver esas almas? - preguntó algo desconcertado el joven Shiro ignorando comentarios anteriores.

- Es porque tenemos estos anillos - alzando la mano mostró aquel anillo que les habia sido entregado hace tiempo.

- Oye, nosotros hacemos las preguntas, ¿está claro? - interrumpió Daichi bajando la mano de ella.

- Ok.

Que frustrante pensaba Daichi pasándose la mano en la cara.

- Dime entonces, ¿cómo es que tu puedes ver almas?
- Tengo uno.
- ¿Un anillo?
- Si.
- ¿Cómo?
- Me lo entregaron.
- ¿Quién?
- Clasificado.
- ¿Eh?

Daichi nunca se habia molestado tanto, pero era tan limitante a dar cualquier información que lo llenaba de rabia. De pronto sintió una suave mano tocar su hombro.

- Tranquilo Daichi - él se echó nuevamente para atrás dandole paso a su novia.
- Asi que clasificado - prosiguió ella - R.S.K. tiene que ver algo, ¿cierto?
- ¿Cómo...? - Shiro se encontraba sorprendido.
- Creo que para ser algo secreto lo expones demasiado.

Ella señala el arma, su traje e incluso el collar que llevaba tenía tales letras.

- ¿Qué significa?
- Clasificado.
- Te conviene contarnos.
- ¿A que te refieres?
- También tenemos información para ti.
- ¿De interés?
- Asi es.

Shiro se levantó lentamente y mientras no le quitaba la mirada a la chica.

- ¿Qué tipo de información?
- ¿Qué significa? - preguntó Ayano desafiantemente, con el arma de Shiro en su mano. El suspira y prosigue.
- Rengo Shiroi Kurasu.
- ¿Eso es...?

Daichi se acerca interrumpiéndolos tan sorprendido como Ayano.

- ¿Una alianza?
- Así es.
- ¿Y de qué se encarga? - continuó Ayano.
- La Alianza de la Cruz Blanca es una organización secreta. Somos humanos que despertaron su interés por el otro lado de la muerte. Los espíritus, las almas, los demonios, todo ello lo hemos estudiado e incluso visto.
- ¿En serio?, entonces deben saber de los caballeros naipes.
- ¿Disculpa?
- ¿No los conoces?
- Hasta ahora nuestras búsquedas por la respuesta solo han hallado almas en penas encadenadas en su destino, así como los pecadores demonios que rondan por ahí.
- ¿Pecadores?
- Así es.

Ayano se detuvo un momento para pensar en ello. Tenia el presentimiento de que aquella batalla con los caballeros antiguamente solo era un pequeño bocado para una fuente de información que los humanos por mucho tiempo han estado buscando. Entonces se hacia la pregunta ¿esto estará pasando de verdad?, ¿realmente existen caballeros, almas, pecadores, esas cosas que nadie creia posible? Era probable, porque incluso lo vió con ojos rojos que no debería tener.

- Daichi - finalmente dijo - creo que debemos preguntarle.
- ¿A qué te refieres? - contestó a regañadientes, Shiro le molestaba bastante.
- Los caballeros naipes, ellos seguramente sabían todo esto, pero por alguna razón no nos contaron nada.
- Probablemente se deba porque este mundo no nos pertenece Ayano, mira a tu alrededor, nosotros estamos vivos, ellos no. Si los caballeros no nos contaron nada, es porque en realidad no tienen por qué hacerlo.

Una vez más ella se quedó en silencio. Lo sabia, él tenia razón, pero su intuición femenina y policíaca decía que debia seguir investigando, algo había que no le permitia dejar un caso así.

- Me dijeron que tenian información valiosa - irrumpió Shiro, que estaba algo desconcertado, probablemente por aquella extraña conversación.

- Asi es, ese fue el trato - Ayano lo mira firmemente a los ojos blancos de aquel joven - Pero antes dime, si perteneces a una orden especial, ¿no podremos contactar directamente con tu líder?

Shiro, como de costumbre, contestó relajado:

- Te equivocas. No hay un líder en esta Alianza.
- ¿Cómo es posible?
- Somos independientes.
- Entiendo, pero...
- Clasificado.
- De acuerdo, de acuerdo.

Hubo otro silencio, Daichi no entendía como Ayano no perdía la paciencia con tal sujeto. Sin embargo, tras el silencio, una voz extraña interrumpe con aquellas palabras:

Si, regresa si asi lo quieres, te estaré esperando. Seguramente como antes, la puerta seguirá allí, abierta para ti.

- ¿Qué ha sido eso? - preguntó desconcertada Ayano.

Sin embargo, ni Daichi ni Shiro contestaron.

- ¿Qué sucede?, ¿alguien podría contestarme?
- Ayano... - el rostro de Daichi parecía el de un muerto.
- ¿Qué?
- ¿Eso es... - su mano se alzó para señalar aquello que estaba oculto tras las sombras.

Ella voltea y sus piernas empezaron a temblar, sus ojos estaban firmes, pero no ella. Esa silueta no parecía tener forma, pero los ojos color dorados del sol si los habia reconocido. Akira antes de morir, habia advertido con tal miedo lo muy peligroso que era ese sujeto, y los rumores eran cierto, estaba ahí, justo en frente de ellos.

- El asesino de ojos dorados - mumuró Shiro con mucho enojo.

La silueta, tras la luz del sol se revela ante ellos, los ojos dejaron de brillar y aquel joven que estaba parado allí pareció perder fuerzas al caerse.

- ¿Qué está pasando? - Ayano se aproxima a él con mucho cuidado, paso por paso, y logra divisar una capucha negra que le cubría la cabeza y la espalda, sus brazos estaban al descubierto, pero no podía ver su rostro todavía- ¿Qué le ha sucedido?

La mano del chico toma el hombro de Ayano, ella sintió un frío recorrer todo su cuerpo, aunque sentia que era una mano tan frágil y débil.

- ¿Yo... podría... saber donde está?
- ¿Eh?, disculpa, pero ¿qué tratas de decirme?
- ¡Ayano ten cuidado! - gritó la voz de Daichi desde atrás mientras el sujeto levantaba con su otra mano una espada algo delgada.

Y una vez más, son irrumpidos por el sonido de un arma cargarse.

- ¡Asesino! - apuntó Shiro hacia el acusado - ¡seré yo quien te elimine!

Sus ojos se veian diferentes, blancos y enojados, sed de venganza era lo que pedían. Recargó una vez más, como desafiandolo, y el sujeto levantó su cara. En él había otro chico, diferente al que imaginaron, sus ojos eran naranjas y parecian estar cansados, se veia débil, indefenso, pero Shiro no desistió, seguía apuntandolo. Asi era.

Ayano perdió el control de su cuerpo cuando el chico apretó su mano con mucha fuerza.

- Emmm... disculpa, pero creo que no estás bien - dijo ella para mejorar un poco la situación que estaba tan tensa.

- Yo sólo necesito... - su mano se extendió en el aire cuando abandonó el hombro de Ayano - descansar.

Su espada cae directamente al suelo. El cuerpo pareció tambalearse, pero el chico hacia lo posible para mantenerlo en pie.

- Necesito encontrarla - prosiguió.

La impresión de Ayano y Daichi estaban claras: él no parecía ser tan tenebroso como esperaban, al contrario, era como un niño que no habia dormido desde hace días, eso los dejó confundidos.

De pronto el anochecer reposaba en la cabeza de todos, el sol bajaba con mucho esplendor mientras daba paso a la luna llena que tocaba en esa noche.

Mientras tanto, algo cansados, los tres caballeros que seguía un pasillo largo rompieron el silencio que los sucundía.

- Shuichi, creo que no estamos llegando a ningun lado.
- Es en este lugar Taisuke, ten paciencia.
- ¿Cómo puedes estar tan seguro?
- Es donde Riku me ha dicho.
- Shuichi - intervino Takashi - ¿no te parece que será muy peligroso? - Taisuke no habia entendido a qué venia eso.
- Lo sé - sujetó su sombrero para que no se cayese mientras corrían mas rápido - pero el elemento sorpresa es nuestra mejor arma.
- Aún asi, dudo que...
- Lo harán, confía en mi.

Una suave sonrisa de divisó en el rostro de Shuichi mientras el camino se alargaba más y más. Taisuke no comprendía qué sucedia pero estaba seguro que no era muy importante, su misión era rescatar a su amigo, ¿o amiga?, como fuese, Riku o Riko estaba en problemas y debía continuar sin perder el mínimo minuto.

Kyaaa muchas gracias Chiu, a mi tambien me alegra haber vuelto! xD
aunque solo puedo ocuparme del fic >__<
Y owo es bueno culturizarse un poco con eso de los trajes XDDD
Por cierto Chiu, ten paciencia, quiza las preguntas tarden en responderse, pero lo haran, esperalos! xDDDD

Aqui esta el siguiente capitulo, antes de ayer me la pase escribiendo tres caps seguidos contando con la suerte de un tiempo largo libre...

Aqui va!


- Esplédida, hermosa - decía mientras daba vueltas y reia - esta luna de terciopelo será el testigo de nuestros lazos, aquellos que nos unen, ¿no es así? - ella se detiene dibujando una sonrisa macabra en su cara - ¿Toushiro?

Bajo aquella luna, el asesino se encontraba tan exausto como todos, quizá peor, porque por cada minuto su cuerpo era menos controlable. Ayano seguía a su lado, y desconcertada le preguntó:

- Dime, ¿cuál es tu nombre?
- Yo... soy Toushiro.
- ¿Y por qué estas en estas condiciones?

Él no respondió. En lugar de ello, fue Shiró quien lo hizo:

- Seguramente estabas cazando más cabezas.

Ayano se aleja inmediatamente al pensar que ese hecho fuese cierto.

- ¿Por qué dices eso, Shiro?
- Porque ciertamente es verdad.

Ella se aleja aún más.

- ¿Tambien correras? - dijo el cansado joven.
- ¿Entonces es cierto?
- Soy el Asesino de Ojos Dorados, ¿qué esperabas?

Daichi la toma del brazo para levantar a su novia, quien aun seguía sorprendida. Toushiro no aparentaba ser lo que decía, de hecho, aquellas palabras sonaban con dudas y remordimientos.

- Ayano, no creo que sea buena idea lidiar con este chico - Daichi preparaba su arma con la mano desocupada.
- Pero Daichi, en él no siento nada de lo que dice.
- Eso no tiene nada que ver.
- Por supuesto que sí.
- ¡Basta! - interrumpió Shiro - ¡estoy cansado de que huyas! esta vez estas aqui y no desaprovecharé esta oportunidad.
- ¡Shiro!
- Chica, por favor, no te entrometas.
- Pero, ¿por qué...?
- Clasificado.

Daichi gruñó de nuevo, aun no creia lo intolerable que era ese sujeto, incluso en momentos así.

- Lo sé - Toushiro se levantaba poco a poco sujetando su espada - tu traje, lo he visto antes.

Shiro torció de rabia, su pistola estaba temblando, no de miedo, si no de ira, estaba descontrolado.

- Anda, disparame, se que quieres asesinarme y vengarte, aquellos tipos eran tus amigos, ¿o no?
- ¡Callate!
- ¡Mátame! solo asi podrás cesar esta ira.
- Callate, callate... - los ojos de Shiro se achicaron a tal punto de parecer un maniático mientras murmuraba - callate, callate, ¡Callate!

Se estremece el lugar con un fuerte sonido. El arma plateada que Shiro habia recogido tenia humo en su orificio. La bala había salido, pero no hacia el corazón de Toushiro, si no del suelo.

- ¿Por qué...? - Shiro sollozaba tras la locura, una mano lo tenia sujeto, la pistola apuntaba directamente al suelo - ¿Por qué lo has hecho?
- Clasificado - contestó Daichi.
- ¡Él asesinó a todos mis compañeros! los dejó envueltos en sangre, ¿crees que se debe tener compasión con alguien así?
- Controlate.
- ¡No! - trataba de levantar su pistola, pero Daichi no le dejaba - ¡tengo que acabarlo, dejame!
- Basta.

Ayano permanecía en silencio detrás de ellos. ¿Con que clasificado, eh?, si, ella lo sabia mas que nadie, aun con sus molestas ganas, Daichi no queria que Shiro pasara por lo mismo que él acababa de vivir, el hecho de manchar sus manos de sangre sería terrible de imaginar y sobretodo, de superar. Ella estaba orgullosa de que Daichi no cambiara e hiciera tal acto heroico.

- Acabaremos con él, pero no de esta forma, ademas... - el arma cae al suelo - antes dime qué rayos es este sujeto.

Shiro seguía temblando, probablemente no podria contestar con tanto desorden en su cabeza, bajaba las manos lentamente tratando de volver en sí. Habia respirado profundo y finalmente se estaba relajando.

- Gracias, yo...¿en qué estaba pensando?
- ¿Entonces me dirás que es? - dijo ignorando el "gracias" anterior.
- Él es una leyenda entre las almas...
- Un Pecador que ronda en muchos caminos, que asesina a su antojo el que se le atraviese, el que todas las almas conocen como "el Asesino de Ojos Dorados" y temen al escuchar. ¿Eso ivas a decir? - aquella voz provenia de algun sitio, la de una hermosa chica quizá.
- ¿Quién...?

- ¡Eres tu! - Toushiro se estaba levantando lentamente y tan animado como nunca, como si estuviese esperando su regalo de cumpleaños. Una hermosa joven de ojos violeta aparecía detrás de Toushiro dandose un buen apreton de abrazo.

- Estas aqui, finalmente.

Ayano y Daichi se sintieron algo incómodos al ver tal escena, se miraron mutuamente tratandose de decir "si tuviesemos tiempo para abrazarnos..." mientras Shiro permanecia tranquilamente en silencio.

- ¿Quién eres tu? - preguntó Ayano retadoramente.

La chica la ignoró por completo cuando de repente comenzó bailar junto a Toushiro frente a ellos. Ella se dejaba llevar en los pasos de aquel chico que seguía muy contento.

De pronto comenzaron a murmumar algunas palabras que ni Ayano, Daichi y Shiro escuchaban:

- Hace tiempo que no te veia.
- Lo se, Toushiro, pero ahora no hay tiempo.
- ¿A qué te refieres?
- Tienes que hacerlo.
- Pero, ¿por qué?
- Ellos son humanos, pero pueden vernos, ¿acaso no te has preguntado la razón?
-¿Son de aquella alianza? - Toushiro pareció mover más el paso.
- Por supuesto, ellos quieren eliminarte... - la chica acercó su boca en el oido de Toushiro - ...Keiko - dijo suavemente.

Los dos se separaron inmediatamente, Toushiro la habia empujado un poco, como si quisiera alejarse, de pronto alzó sus manos para sujetar su cabeza, como si fuese explotar, estaba cambiando, sus ojos se achicaban mientras corrian lágrimas pequeñas, sentia dolor, su cabeza se estallaba dentro de sí.

- No, no por favor, no quiero que regrese, por favor, no lo dejes volver...
- Lo siento, pero es por nosotros.
- ¡No! Kei...Keiko... alejate - su cuerpo comenzó a temblar mas de lo normal, se estaba transformando.

Ayano estaba boquiabierta, sujetando con fuerza la mano de Daichi, ella estaba asustandose, mientras Shiro daba pequeños pasos hacia atras.

- No puede ser - decia tan sorprendido como la pareja.
- ¿Qué sucede Shiro? - preguntaba nerviosa Ayano.
- Esto nunca habia pasado.
- ¿Qué cosa?
- Normalmente, las almas que purificaba me decian lo mismo, un asesino los estaba cazando, con el fin de encontrar que él lo viera.
- ¿Y qué tiene eso que ver?
- Que todas las almas coincidian en algo...
- ¿Pero qué es Shiro?, ¡dimelo!
- El Asesino de Ojos Dorados, solo aparecia de dia...
- ¿Qué?

Ella inmediatamente voltea para ver la transformación de Toushiro, sus ojos se estaban poniendo dorados tan intensos como el sol. Su cuerpo se tambaleaba de dolor, como si no pudiese soportar tal carga. Su alrededor se llenaba de una extraña presencia de sombras que opacaban las plantas, ya todas secas.

La chica que estaba a su lado sujeta sus hombros y éste se tranquiliza. El viento y las sombras se detienen, la mirada de Toushiro había cambiado completamente. A Ayano le habia dado la impresión de haber visto algo justo detrás de él, como si fuese otra persona invisible.

- Keiko - intervino la reciente desconocida - es hora de actuar.
- ¡Espera! - interrumpió bruscamente Ayano, sujetada aun por Daichi.
- ¿Qué es lo que quieres niña?
- ¿Por qué demonios estas haciendo esto, quién eres tú?, no puedes pretender aparecer asi como asi y cambiar las cosas.
- ¡Oh! es verdad, es bueno que sepan mi nombre antes de morir.
- ¿Qué?
- Soy Tomoichi - la chica es alumbrada bajo la luna llena reflejando su silueta, llevaba consigo un bastón delgado. Asi era ella - disculpen mi osadía, he sido muy intrépita.
- ¿También eres como él?
- Puede que sí, soy una Pecadora, pero no tengo sus mismas virtudes.
- ¿A qué te refieres?, ¿qué son los pecadores exactamente?

De repente ella siente que alguien la empuja desde atrás, era Shiro, quien sujetó su otro brazo, Daichi lo miró desconcertado.

- Los pecadores son las almas encadenadas - murmuraba Shiro.
- ¿Cómo...?
- Sucede que algunas almas toman otro rumbo, buscan las fuerzas oscuras para sobrevivir y se convierten en esto.
- ¿Y en qué los diferencia?
- Como puedes observar, ellos no tienen cadenas, son libres, reciben mejores poderes, pero a cambio, sus almas estan atadas para siempre en estas tierras. No tienen la salvación que las otras almas tienen, por eso debemos purificarlos, de esa forma, ellos descansan en paz sin causar mas daño.
- Entonces, diganme, ¿seguirán mumurando allí? - Tomoichi estaba justo delante de sus ojos, los tres humanos brincaron del susto al verla tan cerca - Me he cansado de sus juegos tontos, todos los humanos son iguales.

Ayano seguia observandola fijamente.

- Siempre ocurre lo mismo, al principio se creen valientes y luchan con todo, pero al final no tienen habilidad alguna para desafiar este mundo que no les pertenece y terminan suplicando por sus vidas como unos cobardes.
- Te equivocas - intervino Daichi - Si ese es el caso, entonces en algún momento tu lo habrás hecho.
- ¿Ah si, y qué te hace pensar eso?
- Fuiste como nosotros, algunas vez, tu y tu amigo fueron humanos.
- Vamos, eso fue hace bastante tiempo.
- ¿Y qué? de igual forma eres humana.
- ¡Callate! - ella lo apunta con el bastón que llevaba en su mano derecha.
- Tomoichi... - dijo una voz desde atrás - me haré cargo.

Toushiro, el asesino que resguardaba desde atrás desenvaina su espada suavemente, exponiendo su brillo por completo.

- Deseo teñirme de su sangre - dijo con aquella sonrisa siniestra.
- Lo siento, lo habia olvidado, si asi lo quieres - se echa para atrás - adelante.

Ayano, Daichi y Shiro se alinearon dispuestos a defenderse. Sus corazones latían como tambores resonando. Les esperaba una larga batalla, sin embargo, Ayano seguia desconcertada al mirar a la chica Tomoichi.

Algo en ella... me resulta familiar.

Thaaanks Chiu, no me cansare de decirtelo. Eres una de las pocas (ademas de mi hermana) que se ha tomado la molestia de leer este fic y seguirlo sin abandonarlo (se que cansan muchos capitulos, pero bueh xD). Te dejo la continuacion, tengo que preparar el siguiente ya que no lo he hecho, asi que probablemente tarde algo mas de la cuenta en traerlo.

Disfrutalo!!


La espada tan fina habia cruzado justo al lado de Daichi, cortándole unos cuantos cabellos. Él estaba molesto, estaba tan cansado como para seguir luchando.

- Realmente las almas son un problema - dijo mientras sacó de su bolsillo de auxilio una navaja pequeña.

Toushiro se habia ido directo hacia él, su espada estaba a punto de cortarle cuando de repente fue empujado por la fuerza de Shiro, que se habia atravesado.

- No era necesario, tonto - dijo Daichi en el suelo.
- ¿No esperarias hacerle frente con ese cuchillito, verdad?
- Grr... tu de nuevo... - Él se levanta con ayuda de Ayano.
- Vamos Daichi, Shiro, tenemos que terminar esto pronto, mi hermano me está esperando en la casa para la cena - dijo Ayano algo precipitada.

Shiro y Daichi quedaron inmoviles, algo inquietantes.

- Emm... Ayano, ¿a que va eso?
- ¡Vamos! haganse cargo de Toushiro, la chica es mia.

Parece tomarselo muy en serio coincidieron los dos.

A continuacion, Shiro comenzó a disparar en dirección de Toushiro, pero éste último era lo suficientemente rápido como para esquivarlo con facilidad. El asesino esta vez se aproximaba a su atacante. Él salta bruscamente y le da una estocada, Shiro logra esquivarlo pero roza su brazo por completo.

Detrás de toushiro sintió tres disparos, todos de Daichi.

- No seas tonto Daichi - dijo Shiro tratando de sobar su brazo.
- ¡Demonios! lo olvidaba, ellos no sienten mis balas - Daichi lanzó el arma al suelo e intentó acercarse.
- Toma esto - el cabello blanco de Shiro se meneó al dar un salto para arrojarle cierto objeto a Daichi.
- ¿Estos son...?
- ¡Rápido! colocalos en tu pistola.

Daichi refunfuñaba mientras metía las balas especiales en su pistola, le resultaba incómodo recibir órdenes de Shiro.

De pronto Toushiro levanta su espada para darle el golpe directo a Shiro, pero éste es interrumpido rápidamente por Daichi.

- ¡Idiota! soy yo tu oponente.

Toushiro, algo molesto corre hacía él, pero esta vez, es interrumpido por algo que lo detiene, Shiro tenia en su mano la capa negra y larga que llevaba.

- Te equivocas, el oponente soy yo - decia casi cerrando un ojo del dolor en el brazo.
- ¡Tonto! estas herido, ¿cómo pretendes hacerlo?

Lo cierto es que ambos terminaron discutiendo como dos lobos por su presa, Toushiro estaba frustrandose cada segundo.

- Sangre, sangre... lo que deseo es ser teñido con sus sangres...
- ¡Basta! deja de decir eso. - dijo aquella voz.

En aquel lugar frío, desolado y con un charco inmenso, Toushiro corría apresuradamente hacia él.

- No quiero que lastimes a nadie, no ahora.
- Tu elegistes - contestó la voz de un alma negra de ojos dorados.
- Te equivocas, fuiste tu quien se aprovechó de que estaba débil.
- Entonces ya eso es tu culpa.
- ¡Dije que te detuvieras!
- No lo haré Toushiro, deseo su sangre, deseo verme teñido de carmesí...
- ¡Pero será mi cuerpo, no el tuyo!
- Pero son mis ojos.
- ¡Keiko ya basta!

El alma negra comenzó a tomar la forma de un "humano" de ojos dorados. Esta era su forma (el de la izquierda), el de la derecha es Toushiro. Keiko se acercó a Toushiro, apretando con sus manos su cuello.

- Dejame hacerlo...
- No... Keiko, por favor...
- Entonces nos purificaran...
- No... me importa - Keiko apretó con mucha mas fuerza.

Mientras tanto, Daichi y Shiro se encontraban algo desconcertados al ver que Toushiro comenzaba a gritar solo. Su cuerpo nuevamente estaba sufriendo de dolor tambaleandose agritadamente.

Tomoichi estaba siendo detenida por Ayano, quien no la dejaba acercarse.

- ¡Toushiro! ¿qué está pasando?, ¿qué le está haciendo Keiko?
- ¿Keiko?, lo sabia, ése es el sujeto que lo está controlando, ¿no es asi?
- ¡Toushiro! - ella empuja a Ayano hasta dejarla en el suelo mientras corria hacia el asesino dorado.

- Tomoichi...
- Estoy aqui, no te preocupes - ella lo abraza suavemente - en verdad lo siento, no te debí hacer esto.
- Te equivocas... debo hacerlo.
- ¡No! ya no.

Toushiro se levanta lentamente, uno de sus ojos titilaba todavia de dorado, estaba desgastado, tenía lágrimas bajo sus ojos y se tambaleaba de un lugar a otro, perdiendo el control total de sí mismo.

- Toushiro, debes descansar, tu cuerpo...

El brazo de Toushiro se extendió hasta caerse bruscamente al suelo.

- Será mejor que no sigamos con esto - mencionó Shiro tranquilamente mientras se acercaba a la chica.
- Soy una tonta, ¿en qué pensaba cuando lo obligué a salir?
- ¿Entonces para qué lo has hecho? - Tomoichi alza su mirada. Ayano, desconcertada la mira de nuevo, boquiabierta.
- Ustedes son purificadores, ¿qué esperabas?, no podía permitir que nos atacaran.
- ¿Atacar?, como purificador, lo único que hago es enviarlos al cielo.
- Pero yo no puedo irme todavía.
- ¿Ah no?
- Tengo algo importante que hacer antes.

Ella se levanta tratando de cargar a Toushiro sobre sus hombros.

- Por favor, no nos purifiquen ahora. - dijo mientras tomaba forzosamente su bastón - he sido muy grosera con ustedes, pero espero que entiendan mis intensiones.

Ella estaba a punto de darse la vuelta cuando fué interrumpida por Ayano repentinamente.

- ¿Y a ti qué te sucede?
- ¡Lo sabia!
- ¿Eh?
- ¡Shuichi! ¿ese nombre te es familiar?

Sin poder evitarlo, Toushiro cae directamente al suelo, Tomoichi estaba boquiabierta ante Ayano.

- ¿Cómo...?
- Son muy parecidos, tuviste que ser su hermana, ¿o me equivoco?

El resto de los presentes estaban tan impresionantes como la misma Ayano.

- ¿Has visto a Shuichi? - contestó Tomoichi.
- Por supuesto, él ha estado con nosotros por mucho tiempo.
- ¡Imposible!
- ¿Eh?, ¿por qué lo dices?
- Shuichi no pertece a sus mundos.
- ¿Siendo Caballero Naipe?

Hubo un silencio. Tomoichi habia recibido muchas sorpresas al mismo tiempo.

- ¿Cómo es que sabes...?
- Como te dije, él ha estado un tiempo con nosotros, sabemos acerca de los caballeros y sus reyes, incluso los vimos y luchamos con ellos. Pero es algo que no me gustaria recordar.
- ¿Es eso cierto?

Shiro y Daichi asintieron con la cabeza.

- Entonces... con más razón...

Ella vuelve a levantar el cuerpo exausto de Toushiro y se dirige hacia ellos.

- Por favor, se que no he sido muy amable con ustedes pero... - baja su mirada - necesito que me ayuden.

- ¿Qué es lo que quieres?
- Que cuiden de él.
- ¿Qué?

Otro silencio, esta vez, los tres boquiabiertos.

- Lo siento, pero conmigo no podrías contar - dijo Shiro bajando igualmente la mirada.
- Lo sé pero...
- ¿Hay alguna forma de liberarlo? - preguntó Ayano desconcertada.
- ¿A que te refieres?
- Él está siendo poseido por ese tal Keiko, ¿no es así?, entonces debe haber alguna manera de liberarlo.
- Si, lo hay pero...
- Purificandolo - interrumpió Shiro, quien se acercó a la pareja de Pecadores.

- Escuchen - Tomoichi alza la mirada - no están obligados a hacerlo, pero en este momento son los únicos que pueden ayudarme. Necesito terminar algo que dejé pendiente, por el bien de Shuichi, mi hermano y... - nuevamente baja la mirada.
- ¿Toushiro? - dijo Ayano terminando la frase.
- No, es alguien más, es solo que... no es importante ahora.
- Lo siento, pero de igual modo no puedes esperar que ayude a alguien que asesinó a gran parte de mis compañeros de la alianza en una sola noche. Él es un asesino, si quieres que lo ayudemos, sería purificandolo.
- Pero Keiko no se irá, él es diferente.
- ¿Cómo?
- Keiko es un Demonio de Raza Negra que se introdujo en su cuerpo desde hace bastante tiempo atrás. Justo antes de ser un pecador. Puede que lo purifiquen de sus pecados, pero lo único que conseguiran es liberar el alma de Keiko para seguir ocasionando daño.
- ¿Y no hay forma de eliminarlo?
- No conozco ninguna...
- De acuerdo - intervino Ayano.

Todos la observaron sorprendidos, se supone que no era ella quien debia elegir por el grupo, pero no parecia buena idea cuestionarla.

- Shuichi hizo demasiado por nosotros. Si tu, que eres su hermana, deseas esto por su bien, entonces lo haré. Shiro no está obligado a hacerlo, pero yo no desistiré.
- Entonces te acompaño - contestó Shiro.

Un silencio más. Daichi se acerca bruscamente a Shiro. Su mirada era clara, lo que estaba pensando era "insolente, quieres presumir delante de ella, ¿no?". Pero Shiro ni siquiera volteó a mirarlo.

Tomoichi suelta a Toushiro de modo que Ayano pudo tomarlo. Ella la miraba fijamente, en ese momento, a Ayano le hubiese gustado saber en qué estaba pensando Tomoichi, le resultaba ver los ojos de Shuichi a través de ella, era algo increible.

- Muchas gracias - dijo la chica albina - les debo mucho ahora.

Ayano le sonrie contenta de que no hubiese mas heridos en el suelo. Daichi, por otro lado seguia molesto y Shiro, tranquilo.

- Será algún día cuando los vuelva a ver chicos, ahora... - ella se da la vuelta - me gustaria pedirles una última cosa.
- ¿De que trata?
- Quisiera que le dejaran a Shuichi un mensaje.

Los tres se quedaron escuchando cuidadosamente.

- Diganle que estaré remediando aquel pecado que cometí hace mucho tiempo, y hasta ese entonces, podremos vernos las caras de nuevo.
- De acuerdo - respondió Ayano.
- Entonces, me retiro hasta entonces, tengo un viaje largo que hacer.
- Hasta entonces... Tomoichi.

Y en un cerrar de ojos, Tomoichi ya estaba lejos de ellos, corriendo con mucha velocidad hacia el norte del parque, debia tener prisa.

- Ayano, ¿volvemos? - preguntó Daichi en un tono algo molesto.
- Daichi, hay algo que debemos hacer antes.
- ¿A qué te refieres?
- Creo que ya he entendido ese mensaje.
- ¿Mensaje?
- Vamos chicos, volveremos a casa, pero no exactamente a descansar.
- ¿Eh?

Shiro estaba algo decepcionado, hace unas horas estaba deseando con muchas ansias poder acostarse un tiempo para descansar, pero habian sucedido tantas cosas desde entonces, que prefirió no cuestionarlo. El asesino de sus compañeros se encontraba en los hombros de aquella policía, sentia impotencia, pero se repetia a si mismo que era lo mejor, recordando esas palabras que Daichi le dijo.

Esperaré, eso haré, hasta el día final donde pueda purificarte...Keiko

^ w ^ pero si es un placer poder leer una obra tan bien planeada,
y es totalmente de mi tipo * o *
es una lastima que a la gente le de flojera leer uwu
OMG!!! es la hermana de Shuichi?! owo
como no me fije n.nU
uhhmm... que complicado esta todo esto(sintiendo que cada vez se pierde más xox)
me pregunto cual será el "pecado" que debe arreglar
... mejor espero alguna pista, antes de sacar alguna conclusión extraña non
por cierto, aunque quizá no tenga mucho que ver,
el nombre del próx capi me recuerda muchisimo a una canción de Yura-san,
a Hameln, no se si la has escuchado,
bueno igual te la dejo aquí, y con los subs en español * - - *

Spoiler:

esperare la conti aunque se demore!!
el vicio ya no me lo quita nadie ^ ^U
muchos abrazos para ti

Gracias Chiuuu!! (aqui voy de nuevo xD). Lo del fanclub y el oneshot me tienen muy animada! asi que dejo un capitulo.

Y Supongo que te estoy enredando mucho con la historia xDD descuida, eso se arreglan pronto (creo) ^^U. Lo de la canción pues la verdad no me percaté de ello, solo una vez la escuche asi que si hay algo parecido es casualidad xDDD

Lo de Tomoichi por cierto, si te fijabas ambos hermanos terminan en ichi XD y son albinos.

Bueno, como lo prometido es deuda, te dejo el capitulo siguiente sacado del horno, quizá nos falta poco para el final, asi que paciencia señores xDDD


En aquel campo verdoso muchas desgracias reposaban sobre él, lágrimas, recuerdos, lamentos, pesadillas y hasta rencores. Era un cementerio común, uno que contenia en cada tumba una pequeña piedra talladas con nombre y fecha, era una noche cualquiera. Bajo aquella iluminada luna, una jóven y hermosa chica avanzaba con gotas saladas entre sus ojos púrpura, asi como un esplendoroso ramo de rosas en sus brazos.

Ella se detuvo frente a una tumba, un conocido que le llevó bastantes experiencias en su vida: su mismisima madre. Tomoichi, la hermosa albina, se arrodilla entre la grama y deja caer aquellas rosas, recordando el triste momento que tuvo que enfrentar cuando su padre decidió abandonarlos. Aquella mujer, muerta y enterrada, solo dejaba huellas de dolor, una lamentable situación.

- Madre, aunque no puedas escucharme - dijo ella mientras tocaba suavemente la piedra - te prometeré que lo cuidaré tanto como pueda, Shuichi seguirá con vida, eso te lo prometo - dio un largo suspiro, como si aquellas palabras acabadas de mencionar fuesen un gran peso - Sé que muchas veces te sobrepasabas, pero estoy segura que nos querias, bueno, al menos a él. Pero te seré franca, realmente deseo verlos, mi familia no está completa y quiero ver a mi padre y a mi hermano, los necesito madre, ellos también son parte de mi, pero....

Se detuvo a llorar mientras recordaba lo último que vió de su padre y su hermano más pequeño, aquello la puso con piel de gallina, no fué un buen momento cuando su mismisimo padre trataba de decir lo mucho que odiaba a su madre y reprochaba al intermedio de sus hijos, Shuichi. Aquel día fue una pesadilla, y lo peor de todo, es que ella solo observaba, impotente.

- Trataré algún día de verlos, estoy segura que tambien ansian encontrarnos, ¿no es así? - coincidia mientras acomodaba las rosas y dibujaba una leve sonrisa.

De pronto la chica sube la cabeza contemplando el enorme cielo azul oscuro que la arropaba, aquella noche solo era otra más, con tristeza bajo sus hombros. Sin embargo, no pudo evitar bajar la cabeza al momento que comenzó a escuchar unos sollozos incontenibles, alguien más estaba ahí.

Rápidamente visualizó a un sujeto encapuchado frente a una tumba, que asi como ella, se sentia demasiado triste, ella no pudo evitar seguirle la mirada, y escucharlo atentamente.

- ¿Realmente tenia que pasar de esta forma? - preguntaba desconcertado el desconocido - ¿por qué esto sigue atormentandome?

Tomoichi, que estaba intrigada, se acerca poco a poco al chico, que al parecer, se sentia solo. Ella coloca su suave mano en uno de sus hombros susurrando en voz baja.

- Siento interrumpirte, pero creo que necesitas algo de compañia.

Inmediatamente el joven se dio la vuelta visualizando en sus ojos tan naranja a una hermosa y educada chica. Él estaba sorprendido ante tal belleza, ni siquiera podia quitarle la mirada, estaba parpado con la boca abierta.

- ¡Oye! ¿me has escuchado? - preguntó algo incómoda.
- Lo siento, yo... no comprendo.
- ¿A qué te refieres?
- ¿Por qué decidiste acompañarme?
- ¿No estabas solo?
- Pero... - el chico baja su mirada. Tomoichi se arrodilla a su lado.
- No te preocupes - ella masajea un poco sus hombros - a pesar de que se han ido, nosotros seguimos aqui, y ellos nos están observando, cuidandonos como siempre lo han hecho.

Aquellas palabras parecieron desconcertar bastante al desconocido encapuchado, quien no dejó de achicar sus ojos sorprendidos.

- Te equivocas - colocó sus manos frente a sus ojos - ellos no me protegerán.
- ¿Eh? - ella queda algo extrañada y de inmediato revisa la tumba, en él estaba tallado el nombre de una mujer que coincida con la fecha de nacimiento de alguien de avanzada edad - ¿Es tu madre? - preguntó intrépitamente.
- Asi es.
- Entonces deberia quererte, debe estar cuidandote.
- ¡Dije que te equivocas! - gritó el chico enloquecido.
- Lo siento, solo trataba de ayudarte.
- No, disculpame a mi - decia algo incómodo al ver que le habia gritado a una chica - no debí gritarte, lo siento.
- Bah, descuida, no es nada para mi. Pero, ¿podrias decirme por qué insistes en que no te protegerá?
- Mi nombre es Toushiro, ¿puedes comenzar por ahi? - dijo agitado y levantandose bruscamente.
- Oh, lo siento de nuevo. Soy muy intrépita, ¿no? - ella también se levanta.
- Solo un poco, aunque... - Toushiro toma un pequeño trozo de la larga cabellera blanca de Tomoichi y la mira con delicadeza - tal hermosura lo compensa.

Hubo un silencio, donde el viento fortuitamente se desplazó hacia la derecha, provocando una fuerte conexión entre las miradas que Tomoichi y Toushiro se daban, uno al otro.

- Solo fué una broma - dijo sonriendo el chico - y muchas gracias por tu compañia - Tomoichi no pudo evitar sonrojarse, seguia boquiabierta - entonces me retiro.
- Oh si, lo siento - prosiguió ella algo tonta - mi nombre es Tomoichi - mencionó mientras ofrecia su mano.
- ¿Tomoichi? - él le da un gran apretón con la mano - nos veremos entonces.
- De acuerdo Toushiro.
- Y a ver si para ese entonces dejas de disculparte tanto, Tomoichi - dijo al darse la vuelta con su enorme capa negra que se dejaba llevar por el viento.

Ella seguia observandolo, hasta desaparecer de su vista, aquel encuentro le resultó muy interesante y quizá fortuito, pero sus destinos estaban marcados con otro tipo de lazo, uno muy lamentable quizá.

Mas tarde, los noches que pasaban se volvian más continuas y repetitivas, no dejaban de observarse el uno al otro, habia algo más que amistad en los dos. Ellos se encontraban todas las noches, hablando de sus historias pasadas. Tomoichi conoció mas a detalle a aquel intrigante chico, resultaba que sus padres habian muerto en una enfermedad y él no pudo protegerlos. Se encontraba solo, en una pequeña casa cercana del cementerio, todas las noches que se acostaba rezaba por sus padres, pero para ella estaba claro que se sentía solo. Por otro lado, Tomoichi le contaba lo mucho que apreciaba a su hermano intermedio, Shuichi, quien al parecer pasaba por muchos problemas, ella queria a su padre, pero él los habia abandonado llevandose al menor de sus hermanos.

- Y es por eso que ahora, a pesar de que esté con Shuichi, me siento algo sola - prosiguió la historia.
- ¿Sola?
- Asi es, como tu Toushiro, supongo - pero Toushiro ni siquiera volteó la cabeza, estaba mirando fijamente el suelo - ¿sucede algo?
- Te equivocas de nuevo.
- ¿Cómo?, pero si me dices que no tienes padres ni hermanos, debes sentirte solo dia tras dia en aquella casa.
- No es asi - ella se inquieta aún más, le costaba entenderlo.
- ¿A que te refieres entonces? - él voltea su mirada, uno de sus ojos brillaba doradamente tras la oscuridad y miedo que causaba tal rostro.
- Yo nunca estoy solo.

Ella, algo asustada se levanta bruscamente, y ciertamente fué notorio. Toushiro no le quitaba la mirada de encima, retandola a cualquier cosa que vaya a hacer, pero lo primero que le vino a la cabeza fué correr. Tomoichi estaba muy asustada, y no lo comprendía, porque al parecer el chico le caia muy bien. Ella llegó a su casa algo agitada provocando escándalo al cerrar la puerta y un pequeño niño la observa algo desconcertado sentado frente a una mesa.

- Hermana, ¿Te pasó algo?
- No, no es nada - dijo entre enormes suspiros.
- De acuerdo.

El pequeño albino tranquilamente recogió los platos sucios donde acababa de comer y se retiraba lentamente, como si aquel comportamiento de Tomoichi le importara menos.

Aquello habria sido un mal recuerdo, porque lo que sucedia después era aun peor. Tomoichi dejó de visitar el cementerio, ella presentia algo malo en Toushiro, pero él no dejó de buscarla. Se sentia muy abandonado, pero esperanzado a encontrar a su chica.

Ella no me puede dejar, ella me quiere, lo sé, a ella la necesito - pensaba enloquecidamente aquel disgustado chico. Pero no pudo verla de nuevo, como si Tomoichi hubiese desaparecido del mapa. Eso desquiciaba al extraño encapuchado mientras seguia buscándola.

En una noche luego de tantas, Tomoichi decidió volver, ahí estaba su amado, sentado frente a una tumba, pero esta vez no era la misma, ni de su madre, ni de su padre, algo intrigada ella se acerca, se veia que Toushiro estaba sufriendo de soledad y tristeza.

- Realmente lo siento, Shuichi tuvo unos problemas y tuve que cuidarlo - se excusó la joven, pero no recibió respuesta alguna. Ella se acerca aun más y trata de visualizar el nombre de aquella tumba. Un revoltijo en el estómago produjo una desagradable sensación en el cuerpo de Tomoichi, aquel nombre, era el de ella.

- ¿Que significa esto? - tartamudaba con las piernas temblando, no pudo evitar caerse.
- Me dejaste Tomoichi.
- ¡No estaba obligada a quedarme! - dijo con mucha seguridad - ¿quién te crees?
- ¿No quisieras bailar esta noche?, mi querida bailarina.

El corazón de Tomoichi temblaba tanto como su cuerpo, sus latidos parecian salirse por la boca, estaba completamente horrorizada de solo imaginarlo. Pero Toushiro, con una hermosa sonrisa le ofrece su mano.

- ¿Qué me dices?, hay una luna de terciopelo que nos espera.
- No comprendo. ¿Qué es lo que esperas de mi?
- Te amo Tomoichi.

Y el silencio la aturdió mas, aquellas palabras resonaron en su oido, una y otra, y otra vez. estaba tan confundida.

- Yo también - dijo inevitablemente. Quizá no pensaba, pues ella recibió la mano de Toushiro inconcientemente. Bailaban juntos mirandose el uno con el otro, como lo era antes. Él se sentia contento, pero ella sentia otra cosa, algo la estaba controlando. Juntos no dejaban de bailar minutos tras minutos. De pronto ella escucha un pequeño susurro en su oido <<Matar>> le decia. Ella detuvo sus pasos, ahora si estaba más asustada que nunca, incluso Toushiro podia escuchar su latir tan fuerte y conectado. Uno de sus ojos brillaba como aquella noche, de tal dorado inexplicable.

De pronto ella sintió que Toushiro levantaba su mano desde su espalda, sentia miedo, angustia y desganas, pero luego dolor. El asesino que tenia en frente le habia clavado algo en el pecho, una espada filosa y enorme. Ella lo comprendió todo en un segundo, mientras caia. No es que no haya podido protegerlos, sus padres no murieron tras una enfermedad, eso seria fortuito, era él, el responsable de su vida, el que hizo de la tumba un horrible encuentro. Y su destino era el mismo. Ella caia lentamente, sintiendo que sus ojos forsozamente se cerraban, estaba aturdida, pero tranquila. Solo logró escuchar algo al último aliento que tuvo << Te acompañaré en el infierno >> y ella pudo ver confundida cómo Toushiro se clavaba su misma espada en su pecho. << Está loco >> concluyó.

De pronto el nublado recuerdo desapareció como si nada, Toushiro se levantaba de una cama algo alcolchonada.

- ¿Qué está pasando? - preguntó al visualizar una habitación algo ajustada - ¿Dónde estoy?
- Bienvenido - respondió la voz de una madura chica que acababa de pasar por sus 22 años - esta es nuestra casa.
- ¿Tu eres...?
- Ayano Kido, un placer - ella dejaba unas cuantas ropas en la cama, a su lado - tuviste un largo sueño.
- No entiendo, ¿qué estoy haciendo aqui?, ¿dónde está Tomoichi?
- Me alegra que te recuperarás, porque Tomoichi dejó que te cuidaramos, sin embargo, te necesitamos para algo.
- ¿A qué te refieres? - él trató de ver lo que habia en su entorno, algo confundido pudo notar a un chico albino acostado en la otra cama, tenia las sábanas encima y parecia dormir como un niño. Ayano vió que lo observaba.
- Él es Shiro, deberias de ofrecerle disculpas, aunque dudo que lo acepte.
- ¿Por qué tratas de ayudarme?
- Ya te lo he dicho, necesitamos de ti ahora.
- ¿Para qué?
- Ya lo verás.

Y por muy amable que pareciese, Toushiro solo pudo notar un interés en aquella sonrisa que Ayano acababa de dibujar, algo le esperaba, pero desconocia el qué era completamente.

Mi querida Chiu, te traigo el capitulo 31, me resultó un poco mas largo, pero tiene acción y misterios desatados incluidos xDDD Espero que lo disfrutes, se pone buena la cosa a medida que avanza.

La cancion es fabulosa, me recordó muchas cosas xDDD
no sabia de su existencia, y menos, que la habian traducido owo
Hay mas de Yura que debo averiguar, por cierto, adoro a Konori-san *O*

Y otra cosa: kyaaaa, adoro el "Tomo" y "Shu", suenan cute xDDD
descuida, tampoco adoro muchos los cementerios, pero solo fue un toque para añadirle drama xDDD Me alegra que te metas mucho en la historia, realmente te aconsejo que prestes mucha atencion a los detalles, siempre trato de colocar cosas que mas adelante suceden ^^

Por cierto, tengo preparados unos icons de Gothic Spirit, de algunos personajes, los colocaré en cuanto se haga el FC para tener actividades alli, y tambien mi hermana Luci habia hecho si no me equivoco dos nuevos dibujos ^^

Bueno, sin mas ni menos...
¡Aqui la continuacion!
que por cierto, estamos muy cerca de terminar esta temporada y llegar a la ultima u.u


Tras un camino largo e infinito, los tres caballeros presentes, Shuichi, Taisuke y Takashi, se sentian cansados y estresados, la salida estaba más lejos de lo que pensaban, sin embargo, el décimo caballero se toma un momento para detenerse y pensar.

- ¿Crees que esto sea infinito Shuichi? - preguntó a su lado, Taisuke.
- No lo es, es solo que...
- No tiene salida - intervino Takashi.
- Asi es.
- ¿Y entonces que haremos?
- Shuichi seguramente ya lo sabe.
- ¿Qué cosa Takashi? - Taisuke parecia algo molesto con la arrogancia de ambos caballeros.
- Les mostraré el camino - dijo Shuichi en tono bajo.
- ¿No debistes hacer eso desde un principio?
- Lo siento Taisuke pero no tenia idea.
- ¡Ah!, ¿con que ahora no, eh? - dijo en tono sarcástico.

Shuichi cerró sus ojos y tomó los hombros opuestos de sus amigos. Ellos solo se quedaban observandolo curiosos por saber qué estaba a punto de hacer, pero tras dos largos minutos, no sucedió nada.

- ¿Entonces?
- Ya está.

A continuación, Shuichi se separa de ellos y se acerca a una pared en blanco, coloca su mano en el aire suponiendo que tomaba una manecilla, y parecia funcionar, porque inesperadamente, se abrió una puerta gigante frente a ellos. Los ojos de Taisuke estaban maravillados ante tal poder extraño que poseia el misterioso décimo Caballero de los Naipes, mientras Takashi, como si nada, solo se apresuró a entrar seguido de Shuichi.

- ¿Con que este es su portal? - decia Taisuke admirando el entorno. En aquella habitación, que parecia más distorcionada a la realidad, habian tres caminos largos diferentes sostenidos por rocas. Los caminos resultaban ser muy estrechos y a su alrededor solo habia un inmenso vacío solapado por un manto de nubes negras y blancas. Más adelante se podia visualizar una puerta mayor, la puerta maestra, decorada de rombos rojos y blancos y sus bordes por líneas negras.

- Shuichi - intervino Takashi - creo que ya sabian que vendríamos.
- ¿Esos caminos son para nosotros? - interrumpió inquietantemente Taisuke.
- Por supuesto, ya me lo esperaba.
- ¿Y cuál tomaremos?
- Iré por el primero, Takashi por el segundo, en el centro y tu Taisuke, irás al tercero.
- Emm... de acuerdo - respondió con tono descontento, desde luego se notaba que a Taisuke no le gustaban las órdenes de Shuichi.

Asi pues, los tres caballeros dieron un paso adelante dividiéndose en los caminos, se sentian seguros e impacientes, cada minuto les resultaba infinito, pero llegaba el momento de actuar y luchar para salvar al segundo caballero de sus hermanos.

- ¡Bienvenidos a la fiesta! - dijo la voz familiar de un chico a lo lejos, probablemente se trataba de uno de los atacantes de Taisuke y Riku.
- Es hora de disfrutar del té, Atsuki, Ikuro, Yuki y yo, Kadou les tenemos algo preparado - contestó en voz burlona.
- No se deben preocupar - mencionó la voz del supuesto Ikuro.
- Pues si resultan muy aburridos, entonces será una fiesta rápida - intervino una voz femenina, Yuki probablemente.

Y frente a ellos aparecieron cuatro sujetos que parecian ser más jóvenes que ellos, pero todos con una peculiar característica, hilos por todo su cuerpo, confirmando su raza, los cuatro eran marionetas. Por el lado de Shuichi se encontraba el duo que Taisuke conocia, Atsuki y Kadou, mientras que por el lado de Takashi habia alguien diferente, un chico albino de cabello picudo que no dejaba de mirar con sus extraños ojos un pequeño juguete al que le daba vuelta con las manos (OFF: Asi era); y por último, del lado de Taisuke se encontraba una tierna chica que juntaba sus piernas al caminar, con ojos azulejos y muy claros (OFF: Ella era asi).

- Genial, me toca una chica - dijo disgustado Taisuke mientras los tres se preparaban para la batalla. Takashi por un instante se detiene a pensar mientras observaba a todos los presentes, lo sabia, Shuichi lo habia planeado. << Él se llevaria los dos molestosos pero poderosos sujetos, mientras yo, que sirvo en la batalla de uno contra uno, me deja con esta extraña marioneta y la chica, la más fácil, para Taisuke, solo espero que no se de cuenta>> y se imaginó el rostro de Taisuke si se enterara de aquello, tuvo un pequeño momento de gracia al verlo << Bien, aqui vamos >> pensó finalmente mientras corria hacia su presa.

Los tres se apresuraron en llegar cara a cara con su enemigo, parecian estar emocionados, esperaban la acción luego de tanta caminería. Taisuke, quien se sentia impotente encestó su primer golpe, olvidando el hecho de que la marioneta era una chica, pero ella logró esquivarlo fácilmente saltando, inmediatamente, Yuki levanta sus brazos con hilos en sus dedos para controlar pequeñas muñecas que se hallaban en su alrededor, estás eran tiernas y bien cuidadas, pero con aquel toque tétrico que a Taisuke le molestaba, pero él las destrozaba sin compasión alguna con su potente brazo.

Takashi por otro lado caminaba prudentemente hacia Ikuro, que seguía concentrado en su juguete, él trataba de evaluarlo, pero no conseguiría nada con solo observar, asi que apresuró el paso y trató de clavar una de sus cuchillosas agujas en su brazo izquierdo, pero Ikuro, sin siquiera voltear la mirada, se echó para atrás y con el mismo brazo le dio un fuerte y paralizante golpe en el estómago, dejándolo pausado en el piso, delirando y gimiendo atrozmente. Aquel dolor fué suficiente para entender que no le resultaría tan fácil como Shuichi y Taisuke esperaban.

Shuichi, alarmado, observaba el pequeño contraataque que habia recibido el octavo caballero. Confiaba en él y sabia que podria con ese sujeto. Pero frente a él se hallaba otro problema, dos singulares marionetas extrañas que lo miraban.

- Nos han contado mucho de ti, Shuichi - dijo el semi-conejo Kadou - cosas muy buenas por cierto.
- ¿Cómo sabes mi nombre?
- Una pequeña nos lo dijo.
- ¿Qué?, ¿de quién se trata?
- ¿No lo sabes? - interrumpió Atsuki.
- Los famosos caballeros suelen ser muy despistados - prosiguió Kadou.

Shuichi se detuvo un momento a pensar, algo le inquietaba, algo le estaban ocultado. Entonces pudo observar pequeños detalles, al principio le parecian inutiles, pero poco a poco veia que tenia sentido. Kadou, un semi-conejo con una serpiente en su cuello, Atsuki, con un reloj sobre su cabeza, la chica Yuki, con cientos de muñecas a su alredor y el último, Ikuro, ese era el detalle, ¿qué era lo que escondia? todo eso pasaba por su mente, pero su pareja de enemigos parecian impacientarse.

- El que ustedes hayan venido facilita mucho las cosas para nuestro amo, el Demonio de Raza Blanca - intervino Atsuki - y es por eso que se lo agradecemos.
- ¡Lo sabia! - inmediatamente dijo Shuichi, muy asombrado - Riku era la clave.
- Finalmente te das cuenta caballero, la pequeña tenia razón - una sonrisa se dibujaba en el rostro de Kadou.
- ¡Idiotas! ¿cómo se atreven?
- Ella nos dijo "Shu-kun vendrá, él descubrirá que estamos aqui, y se dará cuenta de lo que están haciendo, Shu-kun vendrá a salvar a Hina y a los demás", ¿eso dijo, no Atsuki?
- Si, Kadou - respondió algo cansado de sus bromas.
- ¿Entonces Riku..?
- ¡Te das cuenta Décimo! ya es demasiado tarde para tu amigo y los demás, lo que teniamos que hacer ya está hecho.

Taisuke y Takashi no dejaban de escuchar tal conversación a pesar de estar muy concentrados en lo suyo. Algo les decia que lo que Shuichi estaba descubriendo no era del todo bueno. Takashi intenta levantarse y analizar una vez más, lo que estaba sucediendo.

- Shuichi, ¿qué es exactamente lo que estas diciendo?
- ¡Takashi, ten cuidado!
- ¿A qué te refieres? - Ikuro, quien se hallaba cerca, levanta su mirada hacia él y pronuncia algunas palabras.
- Un caballero de máscaras y agujas, me pregunto, ¿cómo será la próxima marioneta de nuestro amo?
- ¿Qué?
- ¡Takashi aléjate!

Pero fué demasiado tarde, Ikuro ya le habia dado un fuerte golpe en la cabeza, sin embargo, Takashi pudo mantenerse en pie, parecia contener demasiado peso, pero lograba equilibrarse. Miraba a Shuichi extrañado ante tal misterio e intentó una vez más, arrojar cinco de sus agujas que Ikuro, con solo agacharse, pudo esquivar.

- Demonios, ¿qué está pasando?
- Te lo explicaré Octavo Caballero - dijo Ikuro contento - pero antes, quisiera enseñarte algo.
- ¿A qué te refieres?
- Frío o calor, ¿cuál prefieres?
- ¿Qué..?

A continuación, el cuerpo de Takashi comenzó a subir de temperatura, él trató de observar su alrededor, e inesperadamente encontró cientos de luces rojas y azules muy cerca de su cuerpo. Estaba confundido, ahora no entendia nada de lo que pasaba. El calor se demostraba con cada gota en su cabeza, sudaba, sentia impotencia, rabia e ira. << ¿Qué es lo que no estoy viendo? >> seguia preguntándose. Ikuro se colocó tranquilamente frente a él, mirándolo cara a cara.

- Te lo pondré fácil, ¿qué es lo que hace Riku? - Takashi mostró un rostro asombrado, de repente, con tal pregunta lo entendió todo.
- ¡Ustedes se comportan como ellos! - finalmente dijo, Taisuke, por el otro lado, se detuvo para escuchar atentamente.
- Asi es, nuestro amo a robado de la sangre de cuatro caballeros para darnos vida, Riku fué el último, y está claro entonces, que fuí el último en despertar - ahora la nube de confusión en la cabeza de Takashi parecia despejarse, todo estaba muy claro.
- No puede ser, ¿quién es entonces su amo?
- No te adelantes caballero. Primero deberias preocuparte por tus amigos.
- ¿Dónde están?
- Te he dicho que no te adelantes. Como puedes observar, esto ha sido muy fácil para nuestro amo.
- Primero se llevó a la niña, Hina se llamaba - interrumpió molesto Kadou, estaba a punto de confirmar algo que odiaba - yo tengo su sangre en mi cuerpo, y como esa pequeña tiene habilidades con la Oz, entonces mi brazo puede cortar casi cualquier cosa, y desde luego, las serpientes con parte de ella también.
- Te faltó añadir algo Kadou - intervino gustosamente Atsuki.
- ¡Tonterias de niñas! - Atsuki no puede evitar echarse unas cuantas carcajadas - bueno, como decia, como a la pequeña mocosa le encantaban los conejos, pues yo... emmm... pues adopté una forma parecida.

Ikuro y Atsuki comenzaron a romper el silencio con mas carcajadas.

- ¡Vamos no es mi culpa! peor es Atsuki que tiene esa cosa en la cabeza.
- Pero si me siento orgulloso de ello, Kadou - dijo sarcásticamente.

Los caballeros, quienes aun no le encontraban la gracia inmediatamente coincidieron el algo.

- ¡Yuudai!
- Asi es, él fué el siguiente, el que intentó llegar hasta aca para rescatar a su amiga, pero para su desgracia, nuestro amo ya lo estaba esperando, y asi fué como Atsuki nació.
- Por otro lado - resaltó Atsuki - alguien más descubrió los planes de nuestro amo, una tercera víctima - los caballeros observaron a la silenciosa chica, quien seguia seria y distante a un lado - Yuki provino de una chica muy alborotada, Nodoka se llamaba, lo cierto es que parecian conocerse muy bien, pues nuestro amo y ella no dejaron de hablar de cosas extrañas, quizá del pasado.
- ¡Idiotas! - interrumpido el grito inesperado de Taisuke - ¿y para eso nos quiere a nosotros tambien?, ¿su amo esperará a que todos los caballeros vengan a este horrendo lugar y nos utilice a todos para crear mas de cosas como ustedes?
- No veo el problema - dijo Ikuro sonriente.
- ¡Basta! - se escuchó la voz lejana y enojada de Shuichi - Yuudai solo intentaba proteger a una pequeña inocente, Nodoka vino a resolver el problema por su cuenta, mientras Riku fué condenado por ustedes mismos.
- ¿Qué con eso?
- Que hasta aqui llegaron Marionetas inservibles.

El silencio se pautó en el gran portal de las marionetas. Aquel miedo que tranmitieron esas últimas palabras de Shuichi fueron claras, iria en serio, y para su desgracia, hubiese sido mejor que no se diera cuenta de lo que sucedia, ese ya no era el Shuichi de antes, si no el mismisimo Décimo Caballero del que todos temian.